jueves, 15 de noviembre de 2007

GENERAL MANUEL GODED


Conspirador de vocación, estuvo presente en todas las intrigas para derribar la dictadura de primo de Rivera y luego la República. Encabezó la rebelión en las Islas Baleares y, una vez dominada la situación, se dirigió a Barcelona para hacerse cargo del alzamiento en Cataluña. Sin embargo, ni él ni sus asesores habían valorado seriamente la resistencia que podían oponer los milicianos anarcosindicalistas. Nada más tomar tierra se dio cuenta de que estaba metiéndose en una ratonera. Así se lo hizo saber uno de sus lugartenientes, a quien le respondió que era una cuestión de honor: Dije que iba a venir y aquí estoy. Eso le honra, no hay duda, y así lo doy a entender en el relato.

Intentó por todos los medios llevar la situación a su terreno. No pudo. Hizo lo imposible para hacerse obedecer por las fuerzas leales a la República, pero ya era tarde y sus intentos sólo consiguieron llevarle al borde del suicidio. Los que estaban a su alrededor impidieron que se pegara un tiro poco antes de caer en manos del enemigo. Fue fusilado veinte días más tarde en el castillo de Montjuïc.

Goded fue coherente con lo que pensaba. Pudo irse y no lo hizo. No sé si el paso del tiempo ha hecho que mire a los protagonistas de aquella batalla de un modo diferente a como lo haría en caso de haber sido otro el escenario. Supongo que sí. Es fácil idealizar o incluso inventar las personalidades de unos individuos semejantes. Pero me parece que hay mucho más que eso y que, efectivamente, el 19 de julio del 36 se dieron cita en Barcelona unos tipos de una madera especial. Goded, Escobar, Durruti, García Oliver, Gorkin, Solano, Companys, Federica Montseny y tantos otros parecen escogidos para la ocasión. Aunque sí, ya sé. Si la historia hubiese sido otra y otros los personajes, podría decir algo parecido a lo que he dicho. No obstante me gusta pensar que fue una casualidad extraordinaria, algo irrepetible.

(La foto está extraída de www.fideus.com)

1 comentario:

Anónimo dijo...

No digo que fuese el caso de Goded pero ese detalle de suicidarse cuando te van a hacer prisionero los enemigos es típico de las personalidades psicopáticas. Antes de que les mate el enemigo, se matan ellos, porque no le quieren dar ese placer y su personalidad egocéntrica les impide morir a manos de ellos o ser su prisionero.