EL VIEJO DE
Se trata de un personaje ficticio y real. Es tan ficticio que no tiene nombre y, sin embargo, está sentado en la esquina de muchas tabernas de España, en los parques, en las sedes de los sindicatos. El Viejo de la gorra es la voz de un amigo que sabe mucho de la vida y del mundo, la teoría hecha historia, la prudencia y, a la vez, las ganas de seguir luchando. Creo que siempre he pensado en él y siempre he querido que entrase a formar parte de alguno de mis escritos.
Supongo que habrá un buen sector de lectores a los que no les gustará. No sé por qué, pero me da esa sensación. Es demasiado claro, no tiene contradicciones. No hay quien le lleve la contraria cuando empieza a hablar. Pero me parece que nadie le contradice porque ése es el juego, dejarle hablar aunque de vez en cuando diga cosas de viejo.
Su vida tuvo que ser muy difícil. Los obreros de su época trabajaban de sol a sol a cambio de un salario que apenas alcanzaba para mantener a la familia. La mayoría de ellos aprendieron a leer en el sindicato o en la cárcel. El Viejo de la gorra tiene algo de los anarquistas que alfabetizaron a media España con su método racionalista. Tiene algo de Anselmo Lorenzo y de Ferrer i Guàrdia. Es el anarquismo puro,
Aunque el Viejo de la gorra nunca existió y por lo tanto no puede haber bibliografía sobre su figura, hay unos libros que me inspiraron para crearlo. En especial:
—LORENZO, ANSELMO, El proletariado militante, Memorias de un internacional, Edición de
—Paz, Abel, Los internacionales en la región española, 1868-1872, Ediciones del autor, Barcelona, 1992.
—RECLÚS, ELÍAS, Impresiones de un viaje por España en tiempos de Revolución, Editorial Piedra de Rayo, Logroño, 2007.
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